Durante nuestra última semana de vacaciones decidimos quedarnos en la ciudad y aprovechar el tiempo para hacer aquellas cosas que siempre queremos hacer y para las cuales nunca tenemos tiempo. Así que esta vez decidimos regalarnos unas merecidas vacaciones en Madrid.
Además de la exposición de Hitchkock, aprovechamos para asistir a la presentación de la opera prima del director venezolano Lorenzo Vigas: “Desde allá, ganadora del Léon de Oro en el Festival de Cine de Venecia. La única película latinoamericana, de hecho, que en sus 72 años de historia se ha alzado con este galardón. También la película está nominada para los premios Goya 2017 como mejor película iberoaméricana.
La película cuenta la historia de un hombre de unos 50 años, Armando, que va en busca de jóvenes del mismo sexo y con escasos recursos. Se mueve como un cazador invisible y silencioso entre la gente hasta que escoge a su presa y la invita a seguirlo hasta su casa sin mediar palabra, solo mostrándole un fajo de dinero. No quiere tocar, solo mirar desde una distancia precisa. Un día encuentra a Elder, un joven líder pandillero de un barrio humilde de Caracas quien, a pesar de resistirse al principio a establecer contacto con Armando, su interés por el dinero, al menos al principio, hace que continúe visitándolo.
Desde allá lleva un ritmo lento caracterizado por tomas extensas y largos silencios en los que las imágenes se centran en la vida de sus personajes. La practicamente ausencia de diálogos hace que se torne bastante lenta para el espectador. Este recurso es conocido como Slow Cinema. Otro aspecto que predomina durante todo el film se relaciona con la infinidad de posibilidades que deja el autor para la interpretación del espectador. Para mi gusto, demasiadas. Causalidades que no quedan bien definidas en ningún momento de la película y que derivan en consecuencias que tampoco quedan claras. La respuesta del artífice al respecto, es una sola: todo queda a la libre interpretación del espectador. Cada uno es libre de construir su propia historia a partir de lo que está viendo y, por consiguiente, generar sus propias respuestas sobre las interrogantes que va dejando abiertas esta obra a su paso.
Al final de la película tuvimos la posibilidad de asistir a un coloquio con su director y creador Lorenzo Vigas, en el que además de destacar el protagonismo ineludible al que se ha sometido al espectador en su faceta de intérprete, ha hablado también sobre su criterio al escoger a los protagonistas de su opera prima. Alfredo Castro, actor chileno de larga y reconocida trayectoria, fue su opción latinoamericana desde el minuto uno. Su carácter contenido coincidía perfectamente con el personaje que debía desarrollar. Apenas le envió el guión, Alfredo (Armando) aceptó con gusto y se desplazó a Venezuela para iniciar el rodaje. Por su parte, con Luis Silva (Elder) la metodología fue completamente distinta. Luis carecía de experiencia en el medio, sus orígenes son realmente humildes y no tuvo la oportunidad de analizar el guion como lo había hecho Alfredo. Lorenzo quería mantener la esencia de Luis lo más pura y salvaje posible, no quería que se viese condicionado a priori por el guion. Así que lo que hacía el director, era darle su parte del libreto 20 minutos de empezar a grabar para que se lo leyera y así tener una escena mucho más espontánea.
Aunque su estreno fue a mediados del año pasado, la Casa de América en Madrid estará proyectándola todos los jueves, viernes y sábados a las 20 horas en la sala Iberia hasta el próximo 4 de febrero. Los precios oscilan entre 1 y 5 € dependiendo de si es público general, mayores de 65 años, desempleados, entre otros. Para mayor información, consulta: http://www.casamerica.es/cine/desde-alla