Ciudades subterráneas de Turquía

Tengo que reconocerlo, era mi sueño añorado desde hacía ya bastante tiempo. Algo que siempre tenía en la cabeza y que se hizo realidad gracias al mejor regalo de cumpleaños que he recibido nunca: un viaje a Turquía de parte de mi otro yo, Beatriz.

Mapa de Turquía. En pleno centro: la zona de Capadocia.

 Si sois de los que disfrutáis de todo lo que puede ofrecer un destino: gastronomía, historia, cultura, naturaleza, arqueología…, tendréis que sopesar en vuestro fuero interno dos posibilidades: la de tener el tiempo suficiente para recorrer lo extenso del territorio euroasiático o la de dejar en el tintero una parte de su majestuosidad para un siguiente viaje. En nuestro caso, y a pesar de los numerosos lugares que incluimos en nuestra ruta, tuvimos que postergar para la siguiente visita toda la zona este.

Para llegar al destino del que vamos a hablar, tuvimos que volar desde EstambulKayseri a través de una aerolínea llamada Pegasus. Es la principal compañía low cost del país, y sin duda la mejor opción para recorrer muchos kilómetros en poco tiempo, y a unos precios muy ajustados. En nuestro caso, 19€. Una vez llegados a Kayseri cogimos un coche de alquiler -previamente alquilado a través de internet- y nos desplazamos 70 Km. hacia lo que sería nuestro campo base durante cuatro días: Göreme. Ubicado en el centro del territorio conocido como Capadocia.

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Göreme

 Sin embargo, lo que hoy nos demanda este post es adentrarnos en uno de los misterios que años ha llevan intentando resolver los arqueólogos e investigadores, sin dar con una respuesta definitiva. Nos vamos a las profundidades de la Tierra…

El segundo día de nuestra estancia en este pedacito de la gran Anatolia Central, nos desplazamos unos 50 Km. hacia el sur para encontrarnos con Derinkuyu. La ciudad, de unos 11000 habitantes, pasaría más que desapercibida si no fuera porque bajo tierra esconde uno de los mayores tesoros arqueológicos que se conservan: la Ciudad Subterránea de Derinkuyu.

La mejor opción que os recomiendo es la de comprar la Museum Card de la zona de Capadocia. Por 45 TL -unos 12€- tendrás acceso a entrar en la ciudad, así como en otros seis tesoros de la región: el museo al aire libre de Göreme, la iglesia negra, el valle de Ihlara, la ciudad subterránea de Kaymakli y Özkonak y el museo al aire libre de Zelve. Con esta tarjeta no tendrás que esperar colas en las entradas, pero tendréis tan solo 72 horas para disfrutar de sus ventajas. En la misma entrada a la ciudad subterránea podrás comprarla. Si tenéis la posibilidad de contratar un guía que os informe y os lleve por este complejo, mejor que mejor. Aunque no os dejéis llevar por la primera oferta o el primer guía que veáis. A nosotros nos ofrecieron visita guiada hasta por 50€, una locura. En este caso, decidimos internarnos sin la colaboración interesada de ningún guía, aunque puedes llegar a perderte gran parte del encanto.

Una de las estancias de la ciudad subterránea

Una de las estancias de la ciudad subterránea

Una vez dentro de este laberinto subterráneo es cuando tu cerebro empieza a desconectar con todo lo establecido. La Ciudad Subterránea de Derinkuyu está compuesta de unos 20 niveles de profundidad -descubiertos hasta ahora- de los cuales ocho son visitables. El primer nivel lo excavaron los Hititas: una población de origen indoeruopeo que se estableció en la Anatolia entre los siglos XVIII y XII a.C. Este primer nivel tiene una antigüedad de unos 4000 años. De ahí en adelante, diferentes pueblos han ido horadando este suelo volcánico nivel tras nivel, hasta dejarnos un legado de difícil explicación. Hay varias preguntas magnas a las que me aferro de forma directa, pero la principal entre ellas: ¿Por qué?

Estancia abovedada, con todas las trazas de ser un refectorio

Estancia abovedada, con todas las trazas de ser un refectorio

No existe una razón insondable para tan titánica obra arquitectónica. Habitaciones, cocinas, establos, almacenes, depósitos de aguas, baños, bodegas de vinos, salas comunales, habitaciones para enterramientos, iglesias… todo ello dispuesto para poder pasar largas temporadas alejados de la intemperie externa. Lo más extraño de todo: allí abajo había sitio para unas 10.000 personas, mientras que en la superficie, para aquel entonces, no vivían más de 3.000. Además, las estancias ofrecen una serie de “comodidades” únicas. El gran conocimiento de ingeniería hizo construir 52 conductos de ventilación que todavía hoy funcionan a las mil maravillas. Otros conductos, sin embargo, eran utilizados como canales de comunicación: el teléfono antes de cristo. Una persona se podía comunicar con otra a través de varios niveles de profundidad. También existen unas enormes puertas redondas capaces de cerrarse por dentro, sin posibilidad de ser abiertas desde el otro lado. Eso, junto a una serie de pasillos laberínticos para confundir, y vías de escape directas, nos muestran una clara función defensiva. Pero, ¿de quién? ¿durante cuánto tiempo? Y mi mayor duda es la siguiente: si querían pasar desapercibidos, ¿dónde pusieron las miles de toneladas de tierra y roca que debieron de sacar bajo tierra para poder construir sin ser detectados por un “posible enemigo”?

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Un ejemplo claro de puerta. Podía cerrarse por dentro, pero nunca abrirse por fuera…

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En el nivel 8 nos encontramos con una de las estancias más impresionantes de todo el recinto: una habitación con planta cruciforme de 20×9 metros, con un techo de más de 3 metros de alzada. ¿Una iglesia quizás?, ¿una sala de reuniones comunal?… ¿Por qué tan alta comparada con los otros niveles? Dudas y más dudas sin una certera solución…

Estancia cruciforme de planta -8. Sus techos son muy altos.

Estancia cruciforme de planta -8. Sus techos son muy altos.

Los almacenes tenían capacidad para poder pasar largos períodos bajo tierra, lo que ha hecho pensar a varios investigadores sobre una mini era glaciar que pudo atravesar Turquía durante el noveno milenio antes de Cristo y que habría durado unos 500 años -cosa que no cuadra con la datación de la Ciudad Subterránea de Derinkuyu-. En este punto debemos recordar al lector que existen en Capadocia 36 ciudades subterráneas descubiertas hasta ahora, aunque las investigaciones teorizan sobre un total de 200. Muchas de ellas pertenecen a un período anterior a la de Derinkuyu. Por poner un ejemplo, en diciembre del año pasado se descubrió en Nevsehir una ciudad subterránea de 5000 años de antigüedad, a la que tildan como la ciudad subterránea más grande del mundo.

Pasadizos minúsculos que dan paso a enterramientos.

Pasadizos minúsculos que dan paso a enterramientos.

Los arqueólogos no dan abasto con la cantidad de información y trabajo pendiente que ofrecen estas ciudades. Nosotros tuvimos la oportunidad de visitar otra ciudad subterránea en Kaimakli, un pueblo situado a 11 Km al norte de Derinkuyu. En los niveles más profundos existe un túnel que conecta estas dos ciudades.¡Más de 10 Km.! ¿Para qué?

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Abandonamos nuestro viaje a las entrañas de la Capadocia, dejando atrás una ingente obra de ingeniería que hace empequeñecer al ego ufano del siglo XXI. Ahí queda. De forma indolente nos incrusta en nuestra retina cerebral un sinfín de preguntas con atisbo muy somero de respuesta. Me viene a la cabeza lo que leí una vez de un arqueólogo que lleva décadas estudiando el terreno Ömer Demir:  todas las ciudades de la Capadocia, cuando funcionaban a pleno rendimiento, acogían a 1.200.000 personas.

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Ascensión a La Maliciosa

Una de las imágenes más bellas que nos podemos encontrar en toda la Comunidad de Madrid es la que nos regala la cima del pico La Maliciosa que, con sus 2.227 metros, se convierte en uno de los grandes atractivos de la Sierra de Guadarrama.

Esta vez la ascensión la emprendimos desde La Barranca, en su zona sur, quizás por ser el camino más atractivo y escarpado para llegar a la cima. Aunque debemos recordar que en invierno las condiciones de la montaña impelen la utilización del material adecuado y la experiencia necesaria para no tener que lamentar ningún accidente.

Llegamos al parking de La Barranca, después de desviarnos de la carretera que va desde el pueblo de Navacerrada al puerto homónimo. Enfrente del parking se sitúa el hotel La Barranca, punto de referencia para iniciar nuestra ruta.

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Desde el parking de La Barranca, observamos perfectamente el camino a seguir. A la derecha El Peñotillo. A la izquierda Peñas de La Barranca. Justo en el centro, la canal que seguiremos para llegar a La Maliciosa.

Comenzamos el camino por la pista forestal ancha que sale del parking y se adentra en el magnífico y frondoso bosque de La BarrancaHoy hace un día espléndido. El adentrarse por el sendero nevado es como una bendición para los sentidos. A los 5 minutos de empezar, nos encontramos con una zona recreativa de tirolinas y actividades al aire. Desde aquí tenemos dos opciones: seguir por la pista ancha que se encuentra a nuestra izquierda o continuar por nuestra derecha siguiendo el cauce del río Manzanares. Éste es el camino que sin pensarlo dos veces vamos a seguir. Ahora ya estamos en medio del bosque. Todo a nuestro alrededor se funde en blanco, verde, marrón y azul. Al sol de invierno le cuesta adentrar sus rayos entre el rizado umbroso del bosque. Parece mentira que un río como el Manzanares, tan gris, triste y contaminado en algunas zonas de la capital, fluya con tanta belleza y pureza por este bosque.

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Río Manzanares cerca de su nacimiento.

Siguiendo el curso del río y de las huellas marcadas por antiguos excursionistas, vamos ganando altura con paciencia. Al poco rato nos volvemos a encontrar con el sendero principal, llamado Regajo del Pez, por el que continuamos subiendo. El camino está señalizado en todo momento por las marcas horizontales blanca y amarilla, símbolo que usa la red de senderos para marcar un camino P.R. -pequeño recorrido-.

Más adelante llegamos a la fuente de la campanilla, justo unos minutos antes de ir dejando atrás el bosque y enfrentarnos de lleno con el Regajo del Cancho Negro: la canal que debemos seguir para alcanzar el Collado del Piornal.

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Fuente de La Campanilla

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Ahora sí que el camino se vuelve algo más complicado. Hay nieve y, debajo, placas de hielo, con lo cual es necesario el uso de crampones para asegurarnos un buen agarre. Recuerdo que las condiciones de alta montaña requieren tanto el equipo como la experiencia necesaria para afrontarla con la seguridad adecuada. En este caso, los bastones, las botas alpinas y los crampones se hacen necesarios. Tambien es muy conveniente llevar polainas para que la nieve no moje las partes internas de la zona de los tobillos. En mi caso, el pantalón que llevo va con ellas incluidas.

Poco a poco vamos ganando altura por el Regajo del Cancho Negro. El camino te sumerge en ese mundo interior que te habla cuando lo único que oyes a tu alrededor es el siempre característico crepitar de la nieve helada herida por cada paso con el crampón. El día sigue siendo impresionante, aunque ya desde abajo veo que en la parte superior del Cordal de La Maliciosa el viento anticipa su llegada.

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En la fotografía vemos delante de nosotros La Peñas de La Barranca. El regajo del Cancho Negro sigue a nuestra derecha

Por fin llegamos al Collado del Piornal, zona donde se junta nuestro camino con el que parte de la Bola del Mundo. Desde aquí -2.074 m.- y ya superados 700 metros de desnivel, sólo nos queda ascender por nuestra derecha todo el cordal de La Maliciosa para alcanzar su cima.

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Desde el Collado del Piornal, ascendemos por el Cordal de La Maliciosa.

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Cumbre de La Maliciosa

Efectivamente, el viento aquí rachea de forma intensa, lo que nos hace abrigarnos aún más de esa sensación térmica gélida que ya sentimos en el cuerpo. Por fin llegamos a la cima, unas dos horas y media después de haber salido del parking, 2.227 m. desde donde podemos disfrutar de unas vistas inmejorables  de toda la zona.

Aquí, en la cima, y si el tiempo lo permite, podemos deleitarnos un buen rato con el paisaje que se nos muestra. Particularmente suelo poner alguna canción de Lisa Gerrard para para terminar de evadirme de la realidad, y entrar en ese mundo de los sueños del que a veces no queremos salir.

Después de un rato de trascendencia volvemos a la realidad, toca deshacer el camino de subida, siguiendo nuestros pasos, para retornar a la cruda realidad…

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De izquierda a derecha: Bola del Mundo, Cabeza de hierro Menor, Cabeza de hierro Mayor, La Pedriza, embalse de Santillana, Manzanares el Real, El Boalo, Cerceda…

Un gran día para una gran ascensión. Nos maravilla cada pequeño elemento del camino, estamos rodeados de todo lo que nos da la felicidad sin tener nada de lo que creemos necesario. Por un rato miramos dentro de nosotros y nos vemos frente al espejo. Bienvenidos al mejor ejercicio de introspección que existe: rodearse de naturaleza…


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Cañón del Río Lobos y Ermita de San Bartolomé

Quería empezar a hablar sobre algún lugar en España atípico, inusual… pero a su vez, espectacular. No tardé ni 10 segundos en dar con la ubicación adecuada. En mi mente se mezclaba paisaje, historia, magia, naturaleza, castillos, y en un momento todo se fusionó y me encontré pensando en el Cañón del Río Lobos.

Nos tenemos que situar en la mitad Norte de España. Dentro de la Comunidad de Castilla y León, entre las provincias de Soria y Burgos, surge, como una brecha profunda y abierta a la Pachamama, el Cañón del Río Lobos. Declarado Parque Natural en 1985, fue una de las primeras zonas protegidas de toda la Comunidad. Más tarde, en 1987, fue también declarado Zona de Especial Protección para las aves, ya que en él anidan cerca de 100 parejas de buitres leonados, aguilas reales, alimoches y halcones; un auténtico deleite para ornitólogos.

El río Lobos recorre 25 Kilómetros vigilado bien de cerca por farallones calizos de hasta cien metros de altura en caída vertical, intentando abrirse paso entre muros con caprichosas formas. Abundan las cuevas, simas, abrigos y sumideros. Por la espectacularidad de su relieve, es considerado uno de los paisajes más bellos de España.

Pero no se queda sólo ahí. El Parque Natural del Río Lobos podría ser considerado asimismo, como uno de los lugares mágicos por excelencia de la península. Cantidad de grutas subterráneas -inundadas o no-, debido al modelado kárstico, serpentea el Cañón por toda su extensión, haciendo que numerosas energías telúricas recorran el Parque. De hecho, uno de los principales enclaves templarios se encuentra en medio del recorrido de río: la Ermita de San Bartolomé. Aquí, nada se deja al azar. Una ermita en medio de la nada… pero rodeada de “todo”.

Pero… como todo buen viajero ávido de aventuras, lo mejor es calzarse unas buenas zapatillas o botas y lanzarse a caminar por sus sendas ¿Nos acompañáis? Vamos allá…

Río Lobos, internándose en el Parque

Río Lobos, internándose en el Parque.

Nosotros hicimos noche en el pueblo soriano de Ucero. Desde esta bella aldea tomamos la carretera SO-920 hacia el norte. A los 2.5 Km. aproximadamente cogimos un desvío bien señalizado hacia el Cañón y la Ermita. La carretera se interna en el Parque, discurriendo a la margen derecha del Río Lobos. Pasado el Centro de Interpretación del Parque Natural, dejamos el coche en una zona bien acondicionada para ello. Desde aquí, un delicioso y relajado camino de tierra nos dirigió hacia la parte central del Cañón. Este paseo es una bendición para tus sentidos. A la derecha, los apretados muros de piedra caliza serpenteando el sendero. A la izquierda, el relajado y sonoro discurrir del Río Lobos. Este trayecto nos condujo a un ensanchamiento natural en forma de óvalo. Una pradera que no deja indiferente a nadie.

Caprichosas formas debido a la erosión kárstica de miles de años.

Caprichosas formas debido a la erosión kárstica de miles de años.

Frente a nuestros ojos divisamos una gran pradera. Al fondo, un muro natural de más de 100 metros nos corta el camino natural de frente, haciendo que el río y el camino tengan que hacer un meandro a la izquierda muy forzado para salir del paso. Y delante de todo eso, como en primera línea del frente de batalla, , se yergue con cierto orgullo La Ermita de San Bartolomé.

Tengo que reconocer que la primera vez que visité este lugar, era un auténtico profano, lo que me hizo estallar, aún si cabe, más de emoción con esta estampa más parecida a relatos de ficción medieval, que a algo real. Y tal es la carga energética que desprende esta zona, que no pude quedar indiferente hacia lo que me hacía sentir. Después de investigar un poco en algún libro, descubrí lo mágico del enclave.

Pradera y Ermita, con la muralla natural al fondo.

Pradera y Ermita, con la muralla natural al fondo.

La Ermita fue construida en el siglo XIII por la Orden del Temple, famosa orden medieval dedicada a defender a los peregrinos hacia su camino a Tierra Santa, Roma y Camino de Santiago, así como luchar contra la “erejía” musulmana en Las Cruzadas. Sabemos de sobra el poder que alcanzó esta organización, llegando a tener más influencia y riqueza que la nobleza. También es de sobra conocido su conocimiento esotérico. Su impronta en los lugares sagrados siempre va acompañada de numerosos elementos astronómicos y misteriosos, lo que ha dado a esta orden un halo de leyenda/misticismo que perdura hasta nuestros días.

En un estilo románico muy clásico, cisterciense, los caballeros templarios  llenaron la Ermita de simbología cuanto pudieron. Con forma de cruz latina, los rosetones del crucero son de una belleza y simbología perfectas. Formado por cinco corazones -el corazón simbolizado como el órgano principal, motor y centro de todo, Dios es el “corazón del mundo”-, formando una estrella de 5 puntasPentagrama, usado ya desde Pitágoras para relacionarlo con el cosmos y el orden divino-, y en el centro de esta estrella, un Pentágono -se relaciona con el microcosmos, así como con el cuerpo humano. Si estiramos, como el Hombre de Vitruvio, los brazos y las piernas, nos encontramos que formamos un Pentágono con la cabeza en el vértice más alto-. Además dentro del Pentágono se puede dibujar un Pentagrama y dentro de éste, un Pentágono… así hasta el infinito.

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!Qué sencillo parece y cuánta simbología en su significado! Pero, ¿por qué aquí?. Hay varias razones al respecto. La zona está repleta de vestigios y restos arqueológicos desde épocas prehistóricas. Sin ser un sitio estratégica, comercial y defensivamente importante, sí lo es a nivel espiritual y energético. Si medimos la distancia desde este punto hasta los lugares más al occidente  y oriente de la península: Finisterre  y cabo de Creus respectivamente, vemos con asombro que es la misma distancia -centro de la península, microcosmos, corazón de España, Dios en el centro…-. Si trazamos una Tau -tiene forma de T , y también es la forma del báculo del Gran Maestre del Temple– sobre un mapa, poniendo la Ermita en el centro, vemos que abarca parte del Camino de Santiago, el Paralelo 42 -donde se han construido en todo el Planeta centros sagrados de mucha importancia-, y lugares mágico/sagrados como Ponferrada, Eunate, Toledo o Caravaca.

Pero no quiero profundizar más en la Ermita para contaros lo que podéis encontraros detrás de ésta.

Al rodear la Ermita de San Bartolomé nos espera una grata sorpresa. Una brecha profunda en el farallón, nos invita a adentrarnos en las entrañas del muro. Esta cueva ya tiene vestigios de estar habitada en la Edad de Bronce -2000 a.c.-. La cueva es visitable, ya que es bastante grande, accesible y no muy profunda, aunque sí aconsejamos en este caso llevar una linterna para observar bien toda su extensión. Nos indica fuera que existen pinturas rupestres, pero desgraciadamente la intemperie y el vandalismo han hecho de las suyas. La cueva y la Ermita se relacionan bastante entre sí. San Bartolomé fue uno de los 12 apóstoles al que se le adjudica una especie de inmortalidad, ya que se cuenta que fue desollado vivo y que sobrevivió al martirio. Este cambio de piel significa para muchos un renacimiento, como la piel de la serpiente; se podría relacionar en cierta forma con el despertar psíquico de la adormecida conciencia humana.

Ermita de San Bartolomé y la cueva al fondo.

Ermita de San Bartolomé y la cueva al fondo.

Ya sabemos que las cuevas son el lugar de culto más antiguo usado por el hombre para intentar despertar esa conciencia aletargada. Y qué mejor forma de hacerlo que salir desde los más profundo al ombligo del mundo, al corazón y microcosmos, a volver a nacer desde el útero de la Madre Tierra, hasta el misticismo del centro mismo del Universo…

La excursión puede seguir adelante unos kilómetros más recorriendo el Cañón, pero nosotros nos quedamos aquí, disfrutando y llenándonos de esa energía tan especial que se siente. Eso sí, os aconsejamos que la visita la hagáis si tenéis oportunidad fuera del fin de semana y de época totalmente estival. La romería de gente que va y viene, podría disminuir en gran medida lo mágico y bello del enclave.

En la zona existen numerosos pueblos con encanto que merecen la pena si disponemos de tiempo. Nosotros visitamos el Castillo de Ucero, interesantes ruinas medievales del siglo XII, con bellas vistas a la zona. Pernoctamos en una casa rural llamada Posada Los Templarios, un interesante edificio del siglo XVII restaurado, con buenas instalaciones y un Spa situado en la parte baja del mismo. Este Spa reproduce, en cierta forma, el interior de la Cueva de San Barolomé, y sus ofertas son muy interesantes.

En definitiva, una grata experiencia para los sentidos, desconexión y enlace con lo más profundo de nosotros. Un viaje que también fue hacia nuestro interior. ¿Te gustaría salir de tu cueva?

El despertar...

El despertar…