Los cerezos en flor son una imagen característica durante la primavera de la fértil comarca del Valle del Jerte. Este evento atrae a miles de visitantes cada año a esta zona del norte extremeño. De hecho desde hace 70 años se celebra la Fiesta del Cerezo en Flor, fiesta que además ha sido declarada de Interés Turístico Nacional, y en la que más de un millón y medio de cerezos se visten de blanco para darle la más cálida bienvenida a la primavera y a los visitantes de la comarca.

Sin embargo, esta vez hemos llegado un poco tarde al inicio de la primavera y ya tenemos al verano en la puerta de casa. Y como el Valle del Jerte tiene mucho más que ofrecer, hemos hecho un breve recorrido de la mano de Guia2 por dos sitios espectaculares: la Garganta de los Hoyos y uno muy breve por la Reserva Natural Garganta de los Infiernos.
Guia2 es una empresa extremeña dedicada al turismo activo dirigida por Alberto y Javier, quienes cuentan con una larga lista de estudios relacionados con el área deportiva, de montaña, espeleología, entre otros. En nuestro caso, Alberto junto con Belén, colaboradora activa del centro y con una amplia formación también, fueron nuestros guías durante el descenso de barrancos en la Garganta de los Hoyos. Ellos mismos se encargaron de dotarnos de todo el equipo necesario, traslado, inducción y hasta de hacernos las fotos mientras tragábamos agua en nuestro fastuoso intento de hacer barranquismo jeje.

Pero antes de llegar a ese punto, convendría ir paso por paso. La primera dificultad que encontramos fue la de ponernos los neoprenos. Madre mía, ahí creo que se nos fue al menos una media hora. No sé si atribuírselo a nuestra falta de pericia o si siempre es así, pero requirió de una buena dosis de paciencia. A lo mejor con menos ataques de risa, habríamos terminado antes seguramente =)


Una vez superada la primera prueba, nos dirigimos en una de las furgonetas de las que dispone Guia2 hacia la Garganta de los Hoyos, lugar donde daríamos inicio a nuestra primera experiencia en barranquismo.
Ahí empezamos a descender por cascadas de diferentes alturas haciendo rapel, nadando entre pozas y deslizándonos por toboganes naturales… La experiencia fue increíble. Disfrutamos como enanos en medio de una exuberante naturaleza, a pesar de nuestro poco o nulo bagaje. Nuestros guías supieron bien cómo hacer que lo pasáramos de miedo mientras velaban por nuestra máxima seguridad.


Cabe destacar que durante las primeras semanas de primavera, el caudal de agua es mucho más abundante que en período estival. Durante el verano, desciende el nivel del agua lo que permite que el descenso sea propicio para casi cualquier persona.


Después de tres horas de barranquismo y, aunque no era parte del programa, nuestros súper anfitriones nos invitaron a hacer una visita relámpago en la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos. ¡Y vaya si nos valió la pena!
Apenas llegamos, nos topamos con unas piscinas naturales espectaculares, también conocidas como pilones. La erosión circular provocada por los ríos que las refugia, junto al brillo que desprenden sus aguas, crean un espacio esplendido donde se activan todos los sentidos y del que resulta muy difícil despedirse.
Y si no lo crees, que se lo pregunten a nuestro guía, quien después de innumerables llamados logró finalmente apartarnos de tan precioso marco.
A Extremadura siempre hay que volver, no hay duda. Y al Valle del Jerte, seguro que volveremos a ver sus cerezos en flor y a hacer barranquismo, pero la próxima vez será en el Valle de los Papuos. Con este veranito, ¿qué mejor que un bañito de agua fresca en aguas extremeñas?